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Hace un par de meses, me llamó mi prima pidiéndome consejo para un pequeño restyling que quería hacer en su casa. Con mucho gusto me acerqué, primero para tomarnos un buen café y ponernos al día de las vidas de cada una… Hacía tiempo que no nos veíamos y el volver a mi origen, el sentir el olor a cera de las escaleras de madera brillantes, me trajo muchos y muy buenos recuerdos de mi niñez…

 

Tiene un piso recogido donde vive con sus dos hijos adolescentes y quería dejarse asesorar para poner un poco de orden en diferentes habitaciones y recibidor. No se había hecho nada desde hacía mucho tiempo, ya sabéis que cuando una tiene críos pequeños, la decoración no es la prioridad de nuestras vidas.

Las paredes estaban pintadas de diferentes colores, marrón, verde, beige, los colores de los muebles tampoco eran uniformes en la totalidad del piso y no encajaban del todo uno con el otro lo que generaba una sensación de agobio.

Le recomendé que pintara toda la casa de blanco para lograr una mayor luminosidad y que el toque de color lo diera con algún papel especial en alguna pared concreta. En su habitación, al no tener cabecera la cama era una buena opción colocar un buen papel resistente, durable, moderno de rafia que le protegiera la pared y al mismo tiempo creará calidez a la estancia.

El resto de los muebles blancos, de líneas rectas, con un armario empotrado en forma de L y escritorio a medida creando un espacio de almacenamiento y de estudio al mismo tiempo.

Una silla, lámpara y espejo acaban de decorar este Korner. Y como siempre, el plus le darían elementos esenciales como la colcha de texturas agradable, los cojines de terciopelo, un buen jarrón con flores secas y libros muchos libros… ligero, sencillo, luminoso.

La verdad es que fue una tarde agradable, amena y realmente diferente donde las ideas y gustos de ambas se entremezclan para crear algo práctico, funcional, pero sobre todo acogedor.